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Entrevista Roger Ferrer
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Roger Ferrer es psicólogo con un master en drogodependencias. Trabaja en la asesoría 1segon, en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) en el servicio de prevención de sustancias y pantallas dirigido a jóvenes, familias y profesionales. Su labor es informar y acompañar a todas aquellas personas del municipio que tengan un problema o que lo necesiten.

Pregunta: ¿En qué consisten los planes de prevención que lleváis a cabo en Sant Cugat del Vallès?

Respuesta: A diferencia de un plan de drogas al uso que sería más más genérico, más abajo de un abasto más grande el plan de prevención. Tiene todo un despliegue de acciones muy extenso que van dirigidas sobre todo a prevenir los consumos. No es tanto como te decía un plan de drogas a nivel genérico, donde hay otras áreas como son la reducción de daños.

 

En el plan de prevención no tenemos este tipo de actividades porque nos dedicamos más a hacer la prevención antes de que los problemas ya sean demasiado graves. Nosotros intervenimos y eso no quiere decir que no tratemos con problemas. Es lo que llamamos prevención universal, va dirigido a todas las acciones que pueden ser comunitarias, pueden ser familiares, pueden ser de comunicación o pueden ser también de intervención directa, que tienen que ver con lo universal. Quiere decir que se dirigen a personas que pueden ser que han consumido ya que tú no lo sabes. Te diriges a toda la población, digamos, no estaría la prevención específica que allí también intervenimos desde el plan de prevención donde nos dirigimos a los grupos que ya están consumiendo y es posible que tengan esos en situaciones de riesgo o alguna problemática; tampoco lo sabemos seguro, pero sí sabemos que son consumidores.

Por ejemplo, si vamos a por la noche, ahora que hay confinamiento y vamos a detectar botellones ilegales, intervenimos. Ya sabemos que esos grupos de jóvenes están consumiendo alcohol, con lo cual hacemos prevención específica de consumo. Luego estaría el otro nivel, que sería la prevención indicada que se da anterior al tratamiento, se daría cuando prevenimos en situaciones que ya son más complejas y que hay una problemática más grande.

 

P: ¿Crees que los spots de las campañas tradicionales del Ministerio de Sanidad son eficaces?
¿Llega el mensaje a los jóvenes?

R: Algo llega, tampoco diré que no, pero suelen ser campañas muy alarmistas que generan cierta repercusión mediática. Se obtienen cierto impacto visual. La gente puede ser que hable de ellas, pero aun en términos preventivos no son muy efectivas, porque dar suele ser un mensaje de “mira lo que pasa o mira lo que te puede pasar si haces esto o lo otro”. La gente muchas veces no ve el mensaje, sino que hablan de las polémicas de la campaña. Por ejemplo, esa que hubo, que fue polémica porque salieron unos chicos y unas chicas y había un tema de perspectiva de género que estaba como mal hecho y al final tuvieron que rectificarlo. O de la famosa campaña del gusano de cocaína que va bajando, pues la gente se queda con el asco que da eso, pero ¿cuál es el mensaje? Que si tomas cocaína es como si te metieras un gusano que te destroza el cerebro. El problema es que los mensajes son demasiado simplistas. No es tan así, porque tú ves a la gente tomando cocaína y la sensación no es la de una persona metiéndose gusanillos. La metáfora, que es lo que intentan usar estas campañas, digamos que no está mal como como herramienta literaria, pero a nivel de efectos no tienen un efecto muy grande.

De hecho, esta campaña del gusano tuvo un efecto contradictorio. Hay gente que se enfadó con el Estado en su momento, cuando descubrieron que a muchos amigos no les pasaba esto, porque los efectos perniciosos de la cocaína a largo plazo son de adicción al sistema de dependencia psicológica.

Nosotros lo que hacemos en prevención es hablar de mensajes más desarrollados, más en profundidad y trabajando en situaciones concretas de consumo. Por ejemplo: ¿te has fijado que quizá una persona empieza a consumir cocaína? ¿Qué le pasa? Pues que explique qué es y qué pasa si consumen durante más tiempo y va subiendo la dosis. ¿Los efectos van a ser los mismos o van a ver más riesgos? Igual se va a enganchar o va a empezar a tener problemas psicológicos; entonces empezamos a hablar de ahí. Pero el mensaje, digamos el titular, hay que desbrozar, porque si no nos quedamos con una cosa muy insustancial y superficial.

P: La adolescencia es una etapa donde los jóvenes son muy influenciables. ¿Aumenta esto el consumo entre adolescentes?

R: Totalmente. El principal factor de que haya consumo es que haya alguien de tu entorno que consuma. Por eso, a medida que hay cierta normalización, por ejemplo, en el caso del cannabis, en ciertos espacios de consumo y se ve más, hace que la gente consuma más.

La influencia en sí es un efecto que por contacto puede agravar un poco la situación de consumo, pero sobre todo porque son consumos que se inician, que quizá si no hubiera una presión muy fuerte, esas personas se lo pensarían dos veces. Ahí es donde podríamos entrar los que hacemos talleres como especie de prevención de prevención universal, porque ahí quizás estos mensajes son los que recibes de otros lados. Si hay mucha presión de grupo lo tenemos más difícil. De ahí que también es muy importante trabajar la prevención, que vamos a inespecífica, pero también lo hacemos en los planes de drogas, que es trabajar todo este tipo de herramientas, es decir, las habilidades sociales, porque si uno tiene habilidades sociales tiene más herramientas para salir de esta presión grupal. Siempre va a haber gente que intente presionar a los demás, es muy difícil, no parece que de pronto vaya a desaparecer.

Se trabaja con herramientas para que la gente pueda decidir autónomamente que al final es lo que quiere. Cuando tú le preguntas a todo el mundo, ¿a ti te gustaría decidir libremente, sin presiones, sobre todo en lo que respecta a tu vida? Casi el noventa y nueve coma nueve por ciento te dirán que sí, pero luego no se dan cuenta que en ciertas situaciones se dejan llevar porque “mira a este chico, esta chica que me gusta me ha dicho no sé qué, que me impresiona o me da miedo, pues no sé cuántos me dice y no quiero quedar mal con el grupo”, etcétera, etcétera. Una cosa es la teoría, pero después la práctica es muy difícil de superar. Hace falta ponerla sobre la mesa, porque si uno se siente presionado y no puede un día, que también todo el mundo sea consciente de esa realidad para que los otros puedan ayudarte, porque eso pasa también. A veces uno se siente presionado por el grupo, si sale un tercero te puede ayudar y decir oye, no seas pesado, la otra persona igual no quiere.

P: En tu opinión, ¿se hace una buena labor de prevención a nivel general en España?

R: Pienso que sí, que es buena la prevención, lo que pasa es que hay poca y esto es verdad que en la prevención cuesta mucho invertir dinero. En el tema de la prevención es evitar el problema de que haya sucedido como si fuera como hoy. Esto lo haré si sobra algo de dinero, como la evaluación de programas y proyectos, que son la asignatura pendiente. Justamente se ve que olvidamos hacer prevención que estos en todos los temas de salud no recíprocos. El tema de la prevención llega tarde.

P: La televisión, el cine y las series a menudo muestran alcohol y drogas, buen ejemplo de ello son las narcoseries que están de moda, ¿afecta esto a los patrones de comportamiento de los adolescentes y a su consumo?

R: Yo creo que en parte sí. O sea, yo creo que hay como dos asas, la buena y la mala. La mala en este caso yo creo que tiene que ver, no sólo con las series de narcos, sino que todas las series que reproduzcan una imagen que pueda ser tomada como un referente para los jóvenes, y en que esa imagen pueda normalizarse o incluso pueda ser atractivo para estos jóvenes si quieran copiarlo. El problema de las series es cuando están hechas basadas en eso exageradamente. También falta mucha educación para entender realmente si esto es positivo.

La parte buena de las series es que nos muestran una historia, la dan a conocer. Por ejemplo, este tema de los narcos, si no se hubieran hecho series, probablemente hay gente que no se hubiera interesado. Yo también soy de la opinión que se pregunta si yo necesito saber esto para tomar una decisión correcta para mi consumo. Soy un poco escéptico, o sea, no creo que sea tan necesario, si uno lo conoce, se aproxima, investiga y contrasta información, habla con los demás puede ir bien. Lo que pasa es que el problema es que las conversaciones sobre series, que yo también soy muy crítico, suelen ser muy de “esto lo he visto por ahí, he leído por dónde”, y claro, son conversaciones de discusiones, porque uno tiene una referencia, el otro tiene otra referencia distinta y otra tiene la referencia distinta a los dos anteriores. ¿De dónde sacas esa información? Quizá muchas veces no es información contrastada, porque quien se lee realmente los libros históricos y contrasta entre varios libros históricos biográficos sobre el personaje en cuestión, Pablo Escobar, por ejemplo, la gente se basa, como mucho en uno que ha visto la serie, el otro ha visto otra y otro que tenía un amigo que vive en Colombia.

Es complicado, pero sobre todo lo importante es tener que es uno de los elementos que también introdujimos en los planes, en los servicios de es la perspectiva crítica. Por eso también enseñamos a contrastarse, a poner en duda lo que uno recibe y contrastar las fuentes de información con distintos tipos, no sólo vale lo que los padres o el amigo entendido digan, vamos a contrastar entre todo y vamos a formarnos una opinión; que no quiere decir que tengamos la verdad. Siempre estamos buscando la verdad: “porque he visto en esta serie lo que pasó a Pablo Escobar es esto”, “esto no es verdad, lo que yo vi en la otra serie, es que Pablo Escobar hizo lo otro”. Están discutiéndose por la verdad, cuando es que nadie sabe, es que la verdad no existe. Es una falacia. Si hay datos, entonces nosotros recabamos datos y tratamos de interpretarlos.

En las escuelas quizá habría que haber más análisis, quizá de este tipo de contenidos desde distintas perspectivas para que la gente pudiera entender. Cuesta bastante, porque no es el mundo el periodismo. Así como ahora con la COVID tenemos expertos analizando por todas partes, estaría bien que en todos los temas hubiera esto, y que nos fueran a buscar, porque a veces te dicen (los periodistas) cuando quieras llámame, pero sois vosotros los que queréis la noticia, pues tenéis el cometido de explicar estas series.

P: ¿En el año 2005 se prohibieron los anuncios de tabaco, crees que se debería hacer lo mismo con los spots publicitarios de alcohol?

R: Sí, yo creo que esto funciona muy bien. Limitar la publicidad funciona muy bien. Esto se ha estudiado muy bien, tenemos las gráficas de consumo de tabaquismo y se ve claramente. Hay dos picos, uno de cuando la prohibición de publicidad y también cuando se decidió quitar el tabaco de los restaurantes. Son medidas que se llaman de control de la oferta y demanda. Regulan un poco todo lo que es el entorno. En el consumo de drogas está la persona, está la sustancia y después el entorno. Si tú controlas el entorno de consumo, favorece y produce cambios. El consumo cambia, es implacable y es mucho más efectivo.

 

P: En muchos de los estancos se puede observar cómo cerca de las cajetillas de tabaco hay chucherías y dulces variados. ¿Es una manera de incitar al consumo de tabaco en adolescentes?

 

R: No me lo había preguntado esto nunca. Es muy posible que sí. Seguramente sí, porque todo está estudiado, como los pasillos de un supermercado. Yo creo que lo que funciona muy bien con el tabaco es la cajetilla blanca, porque hay que tener en cuenta que el cigarrillo de fumar, los productos que lleva no es de tabaco normal, no es tabaco natural, no lleva todos esos productos, entonces ellos ya se las ingenian para meterle al cigarrillo, hasta le hacen agujeros para que entre más aire de fuera en la calada pues sea más adictivo.

Entonces la publicidad está muy bien, ya hay países que lo están haciendo. Está la versión como aquí, que a mí no me gusta nada, que es la cajetilla con la imagen impactante, que yo creo que eso ya estamos insensibilizados, nadie se lo mira ni se lo toma en serio.

Pero la cajetilla blanca está perfecta, aunque las marcas te van a protestar porque no pueden mostrar su marca. Habría que buscar otra manera. Como mínimo la cajetilla blanca. Yo limitaría los estancos para que fueran puntos de venta que no tuvieran toda esta parafernalia extra, que no puedan vender chucherías, refrescos, bolígrafos… Todo esto lo eliminaría.

Lo que sí que estoy a favor es de que dispensen CBD, porque a fin de cuentas lo que están vendiendo que es productos para fumar. Entonces, si sabemos que en España hay un problema de consumo de cannabis y sabemos que es mejor que fumen CBD. Si lo pueden coger en los estancos, la ventaja que hay es que, si tú pones fácil el acceso, aunque lo pones caro porque es caro, pero haces que la gente, en lugar de ir a comprar en el mercado negro el cannabis, seguramente lejos de casa, pueden ir relativamente cerca de casa y pueden comprar el CBD. A fin de cuentas, se puede comprar por internet y te lo traen en pocos días. A fin de cuentas, son productos para fumar. Los estancos están vendiendo papel para fumar y boquillas para fumar porros, que no son papeles para fumar tabaco, los de tabaco son de otro tipo.

Entonces yo lo limitaría al producto porque sería como un modelo de negocio que está muy bien cuidado. Para que no hagan estrategias como la que tú has dicho, no atraer a los jóvenes con chucherías o las tarjetas del autobús.

A mí me molesta tener que entrar en un estanco, hay algunos que fuman huelen mal porque fuman dentro, el tener que comprar una T10 en un estanco es un punto de venta que lo respeto, pero se podría estar en otro sitio, porque va asociada al estanco; quioscos no hay en todos los lados.

P: ¿Qué factores pueden hacernos sospechar de que estamos ante una persona con problemas de adicción?

R: Cuando ya está en problemas habría el factor del craving, de un deseo muy intenso de consumir. La dosis y frecuencia es muy elevada. Hay un elemento que es importante, que es que la persona manifiesta cierta disconformidad o disforia con ese consumo. Seguramente cuando la persona está consumiendo, teniendo en cuenta que cuando tú la ves no está consumiendo, es probable que cuando está consumiendo sienta parte del placer, porque si sintiera dolor no lo haría; eso debemos tenerlo claro. Pero si siente ese placer, después, en muchos momentos del día siente disforia, disconformidad por ese consumo. Quiere hacer cosas, hace acciones como para dejarlo, pero no puede. Y eso le genera una autoestima muy baja, mucha frustración, irritabilidad, problemas conductuales de algún tipo. También hay gente que no se da cuenta de que tiene una adicción.

 

P: Por último, si sospechamos que un amigo o familiar puede tener problemas con las drogas ¿Qué debemos hacer?

 

R: Hablar con él. Estando siempre dispuesto a si necesita cualquier cosa, intentando tampoco agobiar mucho. No juzgar a la persona, ni agobiarla con un plan de acción que aún esa persona no siente si tiene que hacerlo ya o no, y después lo que sí que es muy importante es que vengan a los servicios. O sea que las personas que tienen necesidad de hacer algo, que puedan acudir a servicios de orientación y prevención, porque ahí podemos acompañar, hablar un poco de cómo está la estrategia y siempre es más fácil entre dos personas y más, sobre todo cuando hay una que se dedica a esto. No hay que darle muchas vueltas para que la persona vaya cogiendo fuerzas y ánimos también. Es importante sobre todo no querer hacer todo rápido y quemar cartuchos, porque al final a es peor, se empezará a arrastrar la persona por distintos lugares y recursos. Es mejor que la persona pueda ser consciente, porque a fin de cuentas, para dejar una sustancia hace falta voluntad y la decisión es una decisión complicada.

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