REPORTAJE
Desde que se estrenase en 2006 la ficción colombiana “Sin tetas no hay paraíso”, que narra la historia de una joven que por amor se ve envuelta en el mundo del narcotráfico y la prostitución de lujo, las series basadas en narcotraficantes no han parado de crecer. Buena parte de su éxito internacional se debe a la serie de Telemundo, ‘La Reina del Sur’, basada en la novela de Arturo Pérez-Reverte.
El fenómeno alcanzó su cumbre con la llegada de la famosa serie de Pablo Escobar, ‘Narcos’, producida para Netflix. La serie está basada en la lucha del tráfico de cocaína en Colombia durante los años ochenta y gira en torno a la figura de Pablo Escobar, como máximo exponente del narcotráfico en Medellín. Tal fue su éxito que la serie fue nominada a los Globos de Oro por mejor serie dramática en 2015 y ganó dos Premios fénix en 2017.
‘Narcos’ sin duda es una de las mejores series de narcos que podemos encontrar, y precisamente por el peligro que supone hacer series de este tipo, Javier Peña, el agente de la DEA que atrapó a Pablo Escobar, pidió a Netflix que no glorificaran la figura del narco. Sin embargo, en los momentos de soledad del personaje es posible que el espectador pueda llegar a empatizar con su figura. “Es cierto, pedimos a Netflix que no lo glorificarán y no lo hicieron. Mira, lo que pasó es que el actor que toma el papel de Pablo Escobar, Wagner Moura, que hizo tan buen trabajo que a veces uno pensaba “Guau, Pablo Escobar”, te sentías un poquito penoso.” afirmó Peña en declaraciones a este medio.
Precisamente fue el propio hijo de Escobar, Sebastián Marroquín, así prefiere llamarse, quien afirmó en declaraciones a El País, que su padre “era mucho más cruel de lo que se refleja en la serie”. “Están inculcando una cultura en la que parece que ser narcotraficante es algo bueno” añade.
Estas declaraciones nos hacen plantearnos si los narcos tienen sentimientos y muestran debilidad en su círculo más cercano, tal como muestran las series, o por el contrario alardean de sus fechorías. Marroquín revela al citado diario que tenía 16 años cuando murió su padre y que se enteraba de todo. “Él siempre me contó que era un narco. Veíamos la televisión y no le temblaba la voz al decirme: “esa bomba la puse yo”. Y discutíamos”.
Con el objetivo de humanizar al narcotraficante, las series suelen incluir escenas familiares donde ejercen de buenos padres de familia cuidando de sus hijos y de sus esposas, protegiéndolos precisamente de tipos como ellos, y es que las guerras son entre cárteles. Concretamente en ‘Narcos’ encontramos una escena que posteriormente desmintió Marroquín, donde Pablo Escobar en una noche de frío prende fuego a una montaña de billetes para calentar a su hijo. “Mi padre nunca quemó plata para calentarnos” así desmentía Marroquín en declaraciones a El País la citada escena.
Cuando pensamos en las narcoseries no pensamos en una persona asustada o pobre, ni si quiera pensamos en la adicción. A menudo pensamos en hombres atractivos, bien vestidos, con coches de lujo, mansiones y mucho dinero. ¿Qué ocurre cuando pensamos en las mujeres? Suelen ser las amantes, prostitutas, esposas de los grandes capos que muchas veces quedan relegadas únicamente al plano sexual para complacer al hombre. Las hay que viven rodeadas de lujo sin preguntarse el origen del dinero, y en menor medida hay quienes dirigen su propia organización.

Javier Peña durante la entrevista con el cartel de 'Narcos' de fondo.
Existe una gran admiración hacia los narcotraficantes, así lo hemos podido comprobar con los tours que se organizan en Medellín en torno a Pablo Escobar. Con una búsqueda rápida en Google podemos encontrar multitud de páginas que prometen recorrer los puntos más significativos de la ciudad donde Escobar cometió tantos crímenes. Llegan incluso a visitar su tumba, así lo afirma Peña “Quieren saber dónde murió y la mayoría de los turistas que van a ver a Pablo donde llegan es al cementerio, ir a ver su tumba en el cementerio”. Pinchamos en una de las páginas que ofrece estos tours y en uno de sus vídeos de Youtube, que acumula más de 5000 visualizaciones, el director de tour enseña el libro que posee de caricaturas de Escobar y muestra orgulloso la caricatura de su sicario Popeye firmada por el mismo.
Esta admiración a los narcotraficantes sorprende y preocupa a partes iguales, y es que, en muchas de las series, el papel de la policía es el del antagonista, generando animadversión contra las personas que quieren dar caza al narcotraficante. No es el caso de ‘Narcos’, pero si el de ‘La Reina del Sur’, donde Teresa Mendoza, la mexicana, es el personaje principal en torno al cual gira la serie y por el cual el espectador se posiciona. De esta manera, el comisario Flores, quien intenta darle caza, se convierte en el enemigo.
Respecto a las consecuencias del narcotráfico, Enrique Azorín, jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) del Cuerpo Nacional de Policía, plantea una reflexión sobre el tráfico de drogas y afirma que “es muy guay esto de meterse o traficar en un momento dado cuando están en la cumbre de todo, pero esto se acaba. Supongo que habrá gente que se va de rositas a lo largo de su vida, pero lo normal es que al final se acabe esto. Eres el popular durante una temporada, pero al final te vas a quedar solo”.